In the Heart of The Young reconstruye su esencia en el Miles Away que se acurruca entre promesas. La esperanza canta su delirio y las paredes encuentran grietas dormidas en los recodos del silencio. ¡Cuánto de nosotros! ¡Cuánto de los malhumorados que evitan encontrarse en el pasillo sin apriosionarse distantemente juntos o divididos!

Aparecen las fieras, las víboras, los gatos sobre el techo, desandando caminos de nostalgia y pureza, sintiendo y perdiendo, ganando y viviendo…la brújula encuentra su visión hipnótica y la mirada llega, posándose en el alma…del otro…de ella…de él…de los nobles y los pecadores, de los humildes perseguidores del sol y de la luna, acompasados, somnolientos, despiertos ante el brillo.

La calidez del beso, inserta en esa huella imborrable, en ese pasadizo de sumas y recuerdos, instantes que alejaron amarguras, rejuveneciendo vivencias de sueños…

Pensaste en Dustin Hoffman y en el Capitán Garfio, y temiste verte ante el reloj cucú de cocodrilo. Los tic tacs crecen en su fuga y el tiempo también envejece en Nunca Jamás. Robin Williams – Peter Pan se pone el traje y asiste a la nueva velada de los victorianos estetas.

Confundiste libelo con libélula, en una jornada de pérdidas, hackers – haters y cuartos intermedios. ¿A dónde fuiste, mundo pacífico, dulce y risueño?

Nos paramos, nos exacerbamos y desafiamos a las horas con puzzles y acertijos…nada es lo que parece…todo es lo que aparenta…o viceversa. Bukowski se combina con Benedetti y Cortázar recuerda A Se Stesso de Leopardi en una cronopiada lúgubre pero recubierta de hazaña pesimista. T’acqueta omai.

Las hormigas cargan hojas verdes en el caluroso invierno, mientras un político argumenta su voto con otra planta de su sala de lujos y candelabros ostentosos. El nuevo viral, el nuevo lenguaje de oídos sordos que exasperan una vida que no es la real, pero anestesia, adormece, afrenta o calla, cansa o reacciona…la idea es no rendirse y respirar la bocanada de estrellas y nubes que sellan un nombre…su nombre…nuestros nombres.

Su sonrisa perduraba en la arena, en la paz de las cosas que buscan su sentido y se dispersan en el murmullo de las lechuzas que piensan, se encarnan y reencarnan en la suave noche de ausencias, de caricias tiernas.

Dormir…abrir los ojos al día siguiente…reinventar presencias que sonríen en la mente y saludan con las manos hacia el amanecer…el poeta atesora recuerdos…esa es su condena de fe…lo único que le permite volver a creer…

Gejor adoptó tonos sombríos y extravagantes en el último artículo, que en principio debía ser una reseña musical sobre un álbun de 1990 llamado «En el Corazón de los Jóvenes», de Winger. El jefe de redacción se apuró en concluir que el rupestre periodista se adheriría a las convenciones formales de las revistas críticas y del esnobismo feroz de los amantes del Glam Metal. Sin embargo – pensaba – se enamoró de Miles Away y la readaptó a su historia de incógnitas e interrogantes. Un nuevo dilema para los amantes que gustaban leer estas prosas prosaicas, infaustas, infames y banales. Imprimátur, dijo el jefazo, mientras el viejo Gejor regresaba al bar de la esquina, buscando a un nuevo cliente con quien pelear por causas bohemias y de alta estima…