El mensaje verdadero estaba en llegar a la mirada más profunda, esa que vivía libre por detrás. Descubrir que, más allá de la suavidad de los encajes y adornos, había otros senderos, bifurcaciones más bellas que no dudaban en brillar desde el alma. El antifaz se hundió en la maravilla de sus ojos. Para sumar más elegancia y presencia a la galería de reliquias místicas, su sonrisa noble regalaba brillos y delirios en un sueño cómplice.

Confío. Tanto… que no me importaría caer hasta niveles más encandilados de ceguera sin que pudiera hacerme daño. No es oscuridad. Es luz de fe, vida, amor y paz. Es hermoso ese viaje hacia el sol.

Un reproche no sería justo. Los sentimientos del poeta contemplan una estancia ajena a lo banal. ¿Sería una tentación metafísica el mirarla y perderme en su mirada tan mágica? No me pierdo. Me reencuentro. Y cuando ella llega hasta mí desde su mirada, la vida vuelve a sentirse vida y las palabras desbordan a ritmos descontrolados. El temblor es como la sacudida eléctrica de los rayos de tormenta, como un caos que trae en su descarga un nuevo orden.

No hay temor. Divisarla por otros pasadizos y bóvedas siderales son la felicidad más sublime. No puedo evitarlo, aunque tenga consciencia de los límites impuestos por esas avaras «realidades tangibles». Hoy, atesoro una realidad que me hace volar en silencio e ir subiendo sin miedo a traspasar galaxias, porque tal vez pudiera existir una certeza tácita: cuando usted me da su mano, navegamos en la magia, en la poesía. Yo tampoco la soltaré. ON ODEUP. ON OREIUQ. Del revés y al revés. También se puede avanzar en reversa con los automóviles. Pregunte a los locos de las autopistas que se salvan de milagro en algunos casos. Gracias por el encanto de cada milésima que no se mide en nuestro tiempo terrenal. Nuestras miradas responden por los dos en su propia música, en su propia obra, en su propio compás con repeticiones, silencios y Da Capos. Clave de Sol. Infinito. Más allá.