
Recibe este pergamino de incógnitas, bajo el sol que enhebra sus hilitos de luz durante la libre siesta.
Jeroglífico, mapa o esperanza, hoy lanzo un suspiro hacia una galaxia que cuida, que aplaude sin cansancio cada paso dado hacia adelante.
Cartografías de tu suelo soberano, tu rostro ancestral y perenne, compendio magnífico de la alegría del mundo.
Fiel a tu canto, a tus voces, a tu espíritu, vibras en el verso puro, salvaje, eterno, sin fronteras.
Para que no te sientas triste, recibe esta ofrenda: mi alma de ecos aferrada a tus astros, a tu gratitud, bálsamo que calma a mis miedos y los lleva hacia un eterno sueño.
Aceptación y metamorfosis. Años de soledad que hoy mutan hacia horas sublimes de mágica compañía. Quiero ser más bueno todos los días, solo para alcanzarte. Si te alcanzo, solo ansío tu mano para seguir soñando en ese mismo plano poético en donde respiramos, vivimos, somos…