Últimamente nos entró la taranta por desestructurar canciones, descentrarlas para hallarlas en un nuevo centro. Es un proceso lento, cuasi sagrado, revisar acorde tras acorde y las progresiones que buscan responder interrogantes en cadencia. The Guitar Man.

Suavidad, softly, mini suites y piezas íntimas de jazz que sobresalen y se sobresaltan al primer contacto de la púa con el vinilo. Hay complicidad, confidencias que se cuentan en secreto al primer sonido dulce de una guitarra acústica, plañidera, quieta, muy quieta, como la calma de un tiempo ajeno al nuestro o de otras galaxias. Las canciones de Bread viven su propio camino y consiguen la bocanada de aire que nos falta para seguir.

Y, cuando los surcos traspasan sus fronteras, las visiones cobran formas ocultas en quién sabe cuántos ensueños. Si pensabas en alguien sin dispersarte, si soñabas despierto en una hora inadecuada – por la rutina y los horarios de oficina -, Make It With You no es la canción que te ayudará a salir del trance. Al contrario, las causas y los efectos persistirán hasta que el jefe chasquee los dedos y aparezcan las reprimendas. Este es el nuevo truco que no logró Houdini en vida. A trabajar. “Estás en las nubes”, se repite el melómano y excéntrico incansable. Suite: Clouds & Rain. Everything I Own.

Claro que las historias se vuelven más personales a medida en que los surcos depositan su concierto de promesas. “If” es una posibilidad que pide una sonrisa en su eterna melancolía. Pero, “Baby I’m A Want You” tiene esas delicadezas que no pueden explicarse. Hay una caricia por debajo de la guitarra que roza a una bella sin que ella lo sepa, estando demasiado lejos o cercanamente distante. Distantemente juntos. Quimeric Sound. “Lately I`m – a Praying that you’ll alWays be – a stayin’ beside me”.

Y el auricular se soltó mientras te aferrabas a uno de los tubos del colectivo. De paso, alguien ceba el tereré al chofer que, distraído, no siguió la jugada. Un poco de agua del termo se derrama por el volante y comienzan las llamadas al diablo. “¡Te dije que esperemos en el semáforo!”, grita ese rechoncho guarda, ofuscado. Pero el agua ya quedó allí, así como On The Waters. Estamos sobre las aguas de David Gates, James Griffin, Larry Knechtel, Mike Botts y Robb Royer, sin saberlo, sin entenderlo, sin asociarlo ni comprenderlo.

Luego, para agregar causalidades extrañas, alguien tararea una tonada de 1978. ¿Lost Without Your Love? No importaban los calores humanos expuestos por el malvado sol o las camisas empapadas por el sudor o los “accidentes aromáticos” propios de la transpiración. Que sea transpiración y nada más. Pero esa naturaleza pura y aglomerada no arruinaba el momento, no se atrevía a cometer actos impuros en medio de una música que salvaba.


“Perdido sin tu amor”, era el lamento, la súplica más arriesgada ante tanto efecto rebote, y terminábamos por rogar un rescate con She’s The Only One. “Ella es una mariposa, pero vuela demasiado alto. Ella no dirá la verdad, ella no pone excusas, a ella no parece importarle, pero la quieres en cualquier lugar, porque ella es la única”. Esos cambios de D a DMaj7 son las visiones etéreas del eterno romántico trovador.

¡Bum! La rueda del colectivo se despidió como una Fancy Dancer. Trasbordo y luego volver a las baladas. Come Again. No. Era la mirada de Aubrey, la última fortaleza de un viaje incidentado por lo real y lo imaginario. Pero Bread era real. Se paseaba sin permiso por la vida de los demás, y, para vos, tenía otro significado: amor por la esencia y por los bohemios incorregibles. Sweet Surrender. Dulce pan. Dulce paz.

En esta ocasión, Gejor optó por lo seguro. No esperaba una felicitación por sus impresiones poéticas de un musiquero de afición. Abrió la puerta de la oficina del jefazo, quien estaba sentado en el escritorio con un cigarrillo a medio fumar en el cenicero. La radio estaba encendida. Tras dejar el manuscrito, y, listo para cerrar la puerta, surgió un rumor de dulce encanto. “Life can be short or long, love can be right or Wrong. And If I Chose The One I’d Like To Help Me Through, I’d Like To Make With You”. La sonrisa lastimera inundó su rostro y mentalmente comenzó la traducción al vuelo: ‘La vida puede ser corta o larga. El amor puede estar bien o mal. Y si elijo el que me gustaría ayudarme a superar, me gustaría hacerlo contigo’. “Imprimátur tácito. El jefe está en las mismas. También lo entiende”.