
Sé que sentiste el Ars Amandi. No lo puse porque quisiera aprovecharme. Tampoco lo publiqué para captar tu atención.
Si pudieras entender que siempre fui el más inofensivo de la Tierra, y que esta solicitud es solamente un mensaje, un pedido, una súplica inocentemente desesperada: teletransportarte desde tus sueños a los míos, y solo quedarnos fijos, compartiendo un concierto de miradas.
«Vení a dormir conmigo esta noche», no para ser posesos eróticos del otro; no para dar rienda suelta a un sentir físico profano. Es solo un «vení a dormir conmigo» porque tu magia me salvó y debo pagar un tributo de fe antes de ser atrapado por tus sueños.
«No haremos el amor; él nos hará», es la pieza gravitante, el engranaje que faltaba a esa ecuación tan confusa y desesperante que es este derretirme cuando me sonríes en un carmín ruborizante. Es la paz, es el refugio, tal vez ser débil y no darme cuenta que estoy trocando belleza intelectual por pensamientos de amor, sin entender que volveré al efecto pelota-pared con una cachetada y una denuncia por acoso debajo del brazo.
Estás ahí. Entraste a mi universo pero no podré sentir el tuyo. No soy digno. No lo ansío. No lo espero. Alguien más tendrá ese privilegio. O ya lo tiene. Lo único que queda es escribirte en agradecimiento. Solo vos pudiste reencauzar al delirio místico de estas palabras y anatemas. Sí, «me fui todito», y solo «desde mi lado» se malinterpretó el mensaje sincero.
Solo mirarte, solo saludarte con el puño como el nuevo tribal de pandemia. Solo hablarte para recuperar la fe en vos y en los seres de amor. Te escribiré en anagramas, musa de camaradería y magia. Seguí soñando, abejita, aguijón azul de néctar noble y polen al viento. Vuela libre con la otra abejita de musiquita que salió de tu barriguita, que te inspira y te hace ser cada vez más valiosa. Nosotros seguiremos viéndote brillar. Es el obsequio más bello, la pureza más eterna. Gracias por depositar tu fe en este joven poeta músico de bohemia. Si supieras cuánto nos hacía falta. Alguna vez lo leerás entre líneas. Buenas noches y a brillar con la luna, con tu propio brillo de sol.